La semana pasada fui a una charla sobre duelo infantil que impartieron dos psicólogas. Lo cierto es que en gran parte, sirvió para confirmarme algunas ideas que tenia sobre cómo tratar la muerte con los niños.
En nuestra sociedad (aunque creo que es algo más propio de la cultura Española que nada) la muerte sigue siendo un gran tabú. Si se puede evitar hablar de ella y del dolor que comporta, pues mejor y esto lo digo por experiencia propia ya que después de pasar por un aborto, la mayoría de personas intentan actuar como si no hubiese pasado nada (así no es necesario afrontar que has perdido a un ser querido).
La cuestión es que como este tabú pasa de generación en generación, cuando hemos de explicarle a nuestros hijos lo que es la muerte, no sabémos muy bien como hacerlo y esto es lo pretendia solucionar esta charla.
Iré por partes:
Lo primero que hemos de tener en cuenta es la edad del niño en cuestión para saber hasta dónde pueden entender el concepto de la muerte. Se diferenciaban 3 franjas de edad:
- De los 3 a los 6 años: Empiezan a entender la irreversibilidad de la muerte pero no del todo aunque si pueden entender que el cuerpo deja de funcionar. Se debe explicar lo que es la muerte y poner una causa a la misma aunque aún no sean capaces de comprender gran parte de lo que implica.
- De los 7 a los 10 años: Ya entienden que la muerte es un proceso irreversible y a finales de esta etápa pueden comprender que también es universal y que incluso ellos pueden morir. En esta etápa es habitual que se preocupen especialmente por la gente cercana y que se muestren ansiosos ante la separación ya que temen la muerte de la persona querida durante la separación.
- De los 11 a los 13 años: Su percepción de la muerte es muy similar a la de un adulto. Entienden que es algo irreversible, universal, absoluto (todo el cuerpo deja de funcionar) y causal.
Explicaron cuestiones a tener en cuenta en cada una de las etápas pero yo os resumiré unos cuantos puntos que a mi parecer son importantes y que creo que se pueden aplicar de forma practicamente global:
Punto1:
Lo que a mi parecer es el punto más importante: hablarles de la muerte antes de que nos veamos obligados a ello; es decir, antes de que haya una muerte cercana al niño. Esto tiene especial sentido si pensamos en que quizá cuando vivamos una muerte, nuestro estado puede no ser el mejor para explicarles a nuestros hijos lo que implica.
Para tratar el tema con nuestros hijos nos dieron varios recursos como utilizar el ciclo vital de una planta, los juegos simbólicos o varios libros de los que nos dieron una muestra que os dejo en la foto siguiente:
Punto 2:
No se debe quitar importancia a los sentimientos del niño, ya se haya muerto su padre, su abuela o su pez de colores. Para ellos cualquiera de estas muertes es una gran pérdida.
Punto 3:
Buscar una persona de referencia. Creo que es algo que habríamos hecho por lógica pero esto lo confirma. La idea es sencilla, buscar a una persona (o más de una) que no este excesivamente afectada por la muerte y que pueda atender al niño si necesita salir a jugar, comer o si quiere preguntar algo o necesita consuelo. La figura puede ser cualquier persona con la que el niño tenga confianza (desde uno de sus padres hasta un amigo de la família pasando por tios y/o abuelos).
Punto 4:
En según que edades tendrán montones de preguntas que se deberían contestar pacientemente. Es probable que repitan varias veces la misma pregunta o similares a lo largo de un tiempo.
Se deben evitar explicaciones demasiado imaginativas respecto a la muerte ya que pueden provocar malentendidos en los niños. Cosas como: "mamá se fue al cielo" pueden hacer que el niño se pregunte por qué no baja y si es que no quiere estar con él. Esto puede hacer incluso que el niño piense que es culpa suya (por su comportamiento por ejemplo). Si se quieren usar estas explicaciones es importante que quede claro que la persona no ha elegido esa situación y que además, su cuerpo ya no funciona y lo que se ha marchado es su espíritu, alma,... ¡Imaginaos la confusión del pobre niño al que se le explica que su madre esta en el cielo y ve como entierran su cuerpo!
Es posible que el niño este llorando sin parar y que al cabo de un rato este saltando y jugando en el parque. Es su forma de afrontar el duelo.
Punto 7:
Se deben evitar frases como: "fue al hospital y murió" o "murió porque se puso malo" ya que puede provocar que el niño se ponga en lo peor cada vez que alguién cercano se ponga malo o necesite ir al hospital. En lugar de eso se debe exagerar la causa diciendo cosas como: "murió porque estaba muy muy muy malo" o "fue al hospital porque estaba muy enfermó y murió allí".
Se debe permitir que el niño lleve a cabo un ritual de despedida que no ha de ser necesariamente asistir al velatorio o al entierro. Pueden ser cosas como hacer un poster con fotos, escribir una carta y quemarla, llenar una caja con recuerdos y enterrarla,... Adaptando el ritual a la edad y al niño (a los más grandes es mejor dejarles elegir).
Volver cuanto antes a la rutina del niño. Eso no implica olvidar lo sucedido pero que el niño vuelva a tener sus horarios ayuda.
Punto 10:
Notificar al colegio y a todas las extraescolares la pérdida para que puedan entender comportamientos como la falta de concentración, los cambios de humor, el llanto,... Vuelvo a decir que da igual que la muerte en cuestión haya sido la de su pez de colores.
Espero que esta información os resulte útil para tratar un tema tan delicado como la muerte con los más pequeños.
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